No tienen vergüenza. Nos piden ayudas para personas necesitadas que sufren hambre y resulta que los cabecillas se dedican a alquilar residencia y menores prostitutas para hacer bacanales.
Hoy precisamente me han llamado de Unicef y ya les he dicho que yo ya ayudo cada día del año con mi voluntariado con ancianos y con personas con discapacidad auditiva.
No hay palabras para definir la vergüenza y la desconfianza para dar ayudas. Menos donde tienen que ir. Mejor hacerlo personalmente.
martes, 13 de febrero de 2018
Oxfam abusos de menores
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario