Síntomas de empacho o indigestión.

Son bastante variados, pero fácilmente reconocibles.

  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Dolor de estómago.
  • Asco al pensar en la comida.
  • Acidez.
  • Flatulencias.
  • Lengua seca y blanquecina.
  • Cansancio.
  • Dolor de cabeza.
  • Malestar general.
  • Sudoración.

En casos intensos se puede acompañar de un dolor en el epigastrio derecho, en la boca del estómago, denominado dispepsia biliar, y que, si no se complica (en cuyo caso necesitaría tratamiento médico), desaparecería en unas dos-cuatro horas.

remedios para el empacho

Cómo prevenir un empacho.

Aunque parezca muy obvio, no está de más recordar, qué debes hacer, sobre todo en estas fechas, para evitar un empacho.

  • Come más veces, pero menos cantidad.
  • Bebe más agua.
  • Mastica despacio.
  • Comienza la comida con una sopa o una ensalada.
  • Evita las frituras, las salsas muy grasas y los postres contundentes.
  • No te acuestes nada más comer.
  • Toma una infusión digestiva, como la manzanilla, o el té verde, la melisa, el anís o el diente de león.
  • Intenta quedarte “ligeramente insatisfecho”. Es mejor que digas: “me hubiera comido otra porción de asado”, que te des cuenta de que esa última porción te ha sobrado.
  • Realiza ejercicio regular. Pero no lo hagas nada más comer, claro. Espera dos horas al menos.

Y si ya me he empachado…. ¿Qué hago?

Remedios caseros para el empacho.

No siempre tendrás fuerza de voluntad, y en más de una ocasión te sucederá, así que ten en cuenta estos consejos.

  • Haz una dieta absoluta. Es decir, no comas nada en unas horas. Si tu estómago no ha terminado la digestión, debes dejarlo descansar.
  • Sólo debes beber líquidos. Mejor agua o zumo de limón. Bebe poco a poco, a sorbitos, para probar tolerancia.
  • Si tienes acidez, algún antiácido te puede ayudar a sentirte mejor.
  • La manzanilla o la infusión de anís, pueden ayudarte a asentar el estómago o bien a vomitar. A veces, resulta muy complicado, pero al hacerlo te sentirás algo mejor.
  • Reposa. No hagas ejercicio hasta que te encuentres mejor.
  • Cuando te encuentres bien y empieces con la ingesta sólida, hazlo poco a poco, con alimentos limpios, suaves y de fácil digestión (yogur, purés, cremas, algo de fruta, pollo o pavo a la plancha, huevo en tortilla o cocido…). Según vayas viendo que lo toleras bien, podrás ir incorporando el resto de alimentos.

Si no se te pasa en un día o dos, consulta a tu médico. Y ten especial cuidado si se trata de niños o ancianos. Ellos están más desprotegidos y pueden sufrir una deshidratación en caso de vómitos o diarrea severa.

Recuerda que la bebida deshidrata el cuerpo, por eso lo mejor es tomar agua.