domingo, 7 de octubre de 2018

Impresión 3D: cómo un invento de los 80 revoluciona el futuro

Si se cumplen las previsiones, este año se gastarán a nivel global 12.000 millones de dólares en esta tecnología que, según los expertos, transformará varias industrias como la del automóvil o la de la aviación, en la que el ahorro de costes y de plazos podría ser muy relevante


Apoco de cumplir los 80 años el estadounidense Chuck Hall está viendo como el que fue su invento a principios de los 80 años está revolucionando la sociedad. De hecho, tuvo que esperar hasta 2014, cuando tenía 75 años, para recibir el premio a mejor inventor de fuera de Europa que otorga la Oficina Europea de Patentes. Y es que lo que el bautizó como estereolitografía es una de las tecnologías más extendidas hoy en día en la impresión 3D (no es la única).

Hall consiguió registrar la estereolitografía en 1986, año en el que fundó la empresa 3D Systems, una de las más importantes del sector en la actualidad y que está cambiando la manera de fabricar. De hecho, desde CB Insights señalan más de 20 industrias en la que esta tecnología podría suponer una gran transformación y en la que, según previsiones de IDC, se gastarán este año a nivel global 12.000 millones de dólares.

Transporte

La industria del automóvil fue una de las pioneras en el uso de la impresión 3D, principalmente, en el proceso de preproducción. No obstante, los fabricantes están cada más interesados en esta tecnología debido a la demanda de vehículos cada vez más eficientes y conectados digitalmente. "Las empresas automotrices utilizan cada vez más la impresión 3D para fabricar piezas de repuesto, plantillas y elementos de interior. Esto puede disminuir la dependencia de proveedores externos y acelerar la salida al mercado", explican desde CB Insights. Ya hay empresas como Ford, Porsche o Volkswagen que están explorando las posibilidades de este sector con la elaboración de algunas piezas. De hecho, esta última ha llegado a un acuerdo con HP y la Metal Jet, su nueva impresora con la que la firma busca imprimir las piezas de los vehículos y que se comercializaría en 2020.

Otro de los medios de transporte que podría notar significativamente la impresión 3D es el avión por la necesidad de reducir costes y aumentar la eficiencia. A este respecto, General Electric ha desarrollado un motor turbohélice que utiliza impresión 3D. Según los cálculos de la compañía gracias al uso de esta tecnología el peso del motor se reduce en 45 kilos, lo que debería rebajar el consumo de combustible en un 20 por ciento, el principal coste que tienen este tipo de empresas, y aumentar la capacidad en un 10 por ciento. Por su parte, Boeing anunció el año pasado que su 787 Dreamliner contaría con piezas metálicas impresas en 3D y que supondría una reducción de costes de, al menos, 2 millones de dólares por avión.

Salud

Quizá, este es uno de los campos más prometedores por lo que se puede conseguir. Desde prótesis que reducen notablemente su coste para los pacientes y el tiempo de espera, pasando por implantes, por ejemplo óseos. Una de las áreas que genera mayor interés es la relacionada con los órganos, ya que la demanda supera a la oferta. Y es en este punto donde aparece la bioimpresión, que busca producir tejidos, huesos, vasos sanguíneos y órganos completos, a través de la impresión 3D, que imiten a los del cuerpo humano, si bien este terreno sigue estando en periodo de prueba. La firma Organovo, de pequeña capitalización, junto con Invetech, está trabajando para desarrollar una de las primeras bioimpresoras del mercado.

En este contexto, los expertos creen que la aplicación de la impresión 3D llevará a una medicina más a medida, en la que los tratamientos se adapten a cada paciente. De hecho, el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, uno de los más importantes del mundo) ha creado una técnica de impresión para desarrollar micropartículas que permiten liberar varias dosis de una vacuna de manera escalonada en el tiempo a través de una sola inyección. Se estima que 1,5 millones de niños mueren cada año a causa de enfermedades prevenibles con vacunas, principalmente en países con menos recursos.

Alimentación

Que en unos años usted pueda comer una pizza que salga de una impresora se lo deberá a la NASA. Sí, ha leído bien, a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos. Este organismo quería cambiar los alimentos que tomaban sus astronautas en misiones espaciales, principalmente en las de varios años. Con esta premisa, creyeron que la impresión 3D podría ser la solución. Para ello eligieron la pizza, ya que es un alimento que se basa en la superposición de ingredientes, algo que se puede conseguir de manera sencilla con esta tecnología. De todo este proyecto ha nacido la Chef3D, una impresora creada por BeeHex y que es capaz de crear pizzas en apenas cuatro minutos. Un invento que podría revolucionar el negocio de compañías como Telepizza o Domino's Pizza.

Otros sectores

Otro de los sectores que podrían ver el impacto de esta tecnología, según CB Insights, es la construcción. Ya se han presentado varias casas creadas a través de impresión 3D. "Son altamente eficientes en energía y se pueden construir en cuestión de días. Esto tiene importantes implicaciones para la velocidad y precisión de la construcción. Por ejemplo, una vivienda de emergencia podría imprimirse en 3D inmediatamente después de un desastre natural", explican desde la consultora. En este sentido, Dubai prevé que un 25 por ciento de sus nuevos edificios se impriman en 3D de aquí a 2025.

Por otro lado, algunas de las industrias que destacan son la electrónica de consumo (se podrían imprimir dispositivos en una sola pieza, es decir, sin necesidad de tener varios pasos de montaje), el sector aeroespacial o el de drones.

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