Aún sin esperar el ūltimo adios inesperado un mensaje de despedida a las siete de la tarde para el último adiós, para los encuentros de amigos de antes, de hoy, de siempre. Un abrazo tras otro de cariño. Silencios que lo dicen todo. La voz de una madre de amor, agradecimiento y respeto. Nacho te recordamos y aúm sin haberte conocido personalmente, pero sí en los pasillos y en tocarte la mano en señal de cordialidad y respeto, es como si lo hubiera hecho. Tres noches han sido para mí una historia que vale la pena contar. Un beso, un abrazo y un deseo, verte allí al otro lado cuando me llegue mi momento.
lunes, 15 de octubre de 2018
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