La espera para Francisco fue larga. Vivió cinco años en un hogar para chicos sin cuidados parentales y con cada día que pasaba su sueño de tener una familia se diluía. Hace apenas seis meses, no habría imaginado estar viviendo un diciembre tan especial: festejar su cumpleaños número 12 y pasar la Navidad junto a una mamá, un papá y cinco hermanos. Esta "magia navideña" también llegó para Eli, una nena de 4 años con síndrome de Down; para cinco hermanos, y para muchos otros chicos que, por diferentes razones, eran considerados "casos difíciles" y habían llegado a la instancia de convocatoria pública de adopción. Durante 2018, estos llamados a la comunidad fueron visibilizados por LA NACION.
La mayoría son niños mayores de 6 años, preadolescentes y grupos de hermanos que no quieren separarse. No son bebés sin un pasado, como por lo general buscan quienes se inscriben para adoptar. Según la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Dnrua), hay unas 237 convocatorias abiertas para cerca de 275 niños y adolescentes, y un 20% se resuelven satisfactoriamente.
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