Esta mañana al sonar el teléfono , la voz de La hija de un señor que cuidaba se oīa a través del interfono. Me preguntaba cómo estaba y le he dicho yo bién y tú ? Hace menos de un mes que Josep f. Llopis nos dejó y le hacīa mucha ilusión que viera su casa, sus cosas, su vida. En una hora estaba en la puerta de la casa. Mis ojos al verla se hunedecieron de lågrimas recordando tantos momentos de intimidad y empatía. Subímos a la planta y cuál fue mi sorpresa al ver su colección de morteros de marmol que iba coleccionando con el paso del tiempo. Montse me había preparado una caja con algunos para mí y una cruz de plata preciosa y antigua para que recordara a su padre. Siempre en mi mente , siempre en mi corazón.
Feliz sábado.
sábado, 25 de agosto de 2018
Generosidad
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