domingo, 6 de mayo de 2018

Mito o realidad?

Hay que dormir ocho horas 

Cualquier cifra es arbitraria y cada persona duerme horas diferentes durante la misma etapa de su vida sin suponer perjuicios.

"En medicina, los ritmos circadianos —los que se repiten cada día— han sido estudiados desde hace mucho tiempo y se sabe que los niveles detectados de la melatonina —la hormona responsable del ciclo sueño-vigilia— dependen de la cantidad de luz ambiente. No creo que estemos en condiciones de decirle a la gente cuanto debe dormir. Ni cuanto ni cuando", explica Manuel Castro.

Además, las características y necesidades de sueño se modifican con la edad. "Diversos estudios han demostrado que el tiempo total de sueño, su eficiencia y el sueño profundo disminuyen con el envejecimiento, mientras que el número de despertares nocturnos y el tiempo que se pasa despierto durante la noche aumentan. Estos cambios se asocian a cambios en los procesos circadianos y homeostáticos que regulan el sueño y también con cambios fisiológicos y psicosociales propios de la edad", indica Azuquahe Pérez.

La ciencia nos dice —eso sí— que por lo general dormimos menos de lo que deberíamos en los días laborables y algo más de lo debido en los no laborables. "Es lo que se ha dado en llamar el jet lag social, que se postula como un factor de riesgo para distintas enfermedades", explica Pérez.

"Debemos saber que el sueño es esencial para la salud y los trastornos del mismo acarrean múltiples problemas, también por el abordaje terapéutico errático que muchas veces se sigue. En este sentido, hay otro mito que derribar: muchos de los trastornos del sueño que vemos se deberían tratar inicialmente con medidas no farmacológicas de higiene del sueño”, describe Pérez.

Los ciegos no pueden ver nada 

No. La afirmación no sirve para todos los tipos de ceguera. "Primero habría que especificarlo, dado que el término se puede confundir, pero incluso en el más grave, el de la ceguera total, hay estudios que han demostrado que los encéfalos de quienes la padecen son capaces de responder de forma significativa a la luz aunque no sea de forma consciente. Y no solo eso, además, la presencia de esta les permitía realizar de forma más eficaz distintas tareas", explica Azuquahe Pérez.

Esto se debe, según los expertos, a que tenemos distintos tipos de receptores en la retina y a que las vías que recogen información desde nuestros ojos no se encargan únicamente de la visión. "Una parte irá al área pretectal, la relativa a los reflejos que modulan el tamaño de la pupila y el cristalino; otra a los colículos superiores, la vía responsable de la regulación de los movimientos oculares que se producen en respuesta a la información visual —movimientos de orientación de la cabeza y los ojos—; y otra al hipotálamo para la regulación de los ritmos circadianos. Es probable que esta reacción a la luz en estos pacientes se deba a esta última vía", señala este especialista.

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