La efímera línea entre la vida y la muerte. El decir adiós casi sin conocerte, con tu sonrisa permanente , aún sabiendo que el tiempo de tu reloj ya marca la cuenta atrás. Que al cojerte de las manos, siento tu calor y no me conoces, aunque te aprecio. Me consuela saber que mi corazón se alegra de conocerte. Más deseo que el tuyo se consuele encontrando la paz. No quiero verte sufrir. Ni a tí ni a nadie. Pero así es la vida; así es la vida y la muerte. Y sintámonos alegres. Dejemos la pena en lo más hondo para que florezca sólo las buenas vibraciones.
martes, 3 de julio de 2018
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