Se lleva en la sangre, en los genes de tu madre, de tu abuelo, y los recuerdos de mi niñez resurgen como el ave fenix. De pronto me siento niña y recuerdo cuando mi abuelo se hacía sacar un cacahuete de la boca como si fuera la nuez de su garganta. Muchas anecdotas en la memoria como viendo a mi abuela haciendo crucigramas por las mañanas y jerseys de lana por las tardes. A mi otra abuela bebiendo una San Miguel y fumando Chesterfield con un arte que echa para atrás. Mi otro abuelo era un gran médico que al pobre no le cobraba y siempre estaba trabajando incluso en el despacho de casa. Recuerdo una cama abatible escondida tras una cortina donde me escondía con mis hermanos cuando jugábamos al escondite. Recuerdo mirando peliculas como Siete novias para siete hermanos, Al este del Edén, Grease, Rocky, y el Padrino , entre otras. Hoy quedan los recuerdos pero ha cambiado tanto todo. Los ańos siguen pasando hacia adelante. Pero no olvido mis raices, no olvido mi infancia feliz.. No olvido dar las gracias a los que ya no están y a los que siguen conmigo.
No olvidéis tampoco vosotros.
No olvidéis tampoco vosotros.
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