sábado, 7 de abril de 2018

Sin noticias

Hace meses  que no sé nada de una amiga.  Hace una año y medio me pidieron desde el voluntariado  hacer conpañía a una chica de unos 45 años ingresada que habīan  operado. Le ampytaron los dedos de los pies hacía un año y ahora le amputaron el pie. Tenīa la cara con cicatrices y el cuerpo también. Conforme pasaban los días que subía un rato a verla me contó que se había enamorado dr un chico y que esa relación fué tan tóxica que quiso terminar con su vida tirándose por un barranco, con tan mala suerte que las rocas destrozaron su cara y si cuerpo pero estaba viva. Llevaba mas de nueve operaciones. Y estaba cansada. En septiembre mi marido y yo fuimos a  su casa. Un caseron de dos plantas de 600 m' cuadrados. Vivía con 6 gatos. La casa olía a pipi de gatos y estaba llena de cacas por todas partes y la casa sucia. Las habitaciones llenas de bolsas de basura llenas de ropa. La cocina con los platos sucios en la pila. Mi marido y yo la ayudamos y limpiamos entre los dos. Ella sentada en una silla de la cocina hablando, explicándonos cómo su hijo de 24 añps la maltrataba y le robaba todo el dinero  y la tenía asī. Mi marido  y yo estábamos desolados. No sabíamos qué consejos darle. Pero pensaba que escuchando ya la ayudaba. Como que sintiera que tiene una amiga a su lado. Una amiga que conoció en el hospital  y una vez  regresada a a su casa seguía pudiendo contar con ella. Cada día o nos llamábamos o nos enviábamos mensajes. Desde navidad ni mensajes ni llamadas. Sólo silencio. Pensamos que ya no está entre nosotros. Pero no tenemos a nadie   a quién preguntar.  Recuerdos. Pensando que  quizás ya haya encontrado su paz. Así es la vida. Así es la muerte. El final.

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