domingo, 3 de enero de 2021

la muerte

Creo que hemos perdido la inmensa sabiduría humana para tomar la muerte de una forma normal. Es hora de volver a hablar de la muerte y de recuperar esa sabiduría.

Gradualmente, la gente se va cansando, agotando.

A medida que pasa el tiempo la gente va durmiendo más y está menos tiempo despierta.

La familia puede ir aprendiendo en qué momento deben darle (al enfermo) las medicinas y cuándo dejar pasar a las visitas.

A veces puede ocurrir que llegue una visita o que sea la hora de darle un medicamente (al enfermo) cuando está dormido.

Ahí es cuando podemos darnos cuenta de que algo ha cambiado.

No huir del tema y usar las palabras precisas para referirse a lo que ocurre es algo que nos ayuda a lidiar con la pérdida.

Es un cambio pequeño pero muy significativo.

Y es que en vez de estar dormida, esta persona está -temporalmente- inconsciente.

No los podemos despertar y no les podemos dar su medicina. No les podemos decir que ha llegado una visita.

Luego, cuando ellos se despiertan, nos cuentan que han dormido muy bien.

Por eso sabemos que este estado de coma no es aterrador.

Solo que nosotros no notamos este momento de pérdida de conciencia en el momento en que ocurre.

Sonido de la muerte

Así que a medida que pasa el tiempo, están menos despiertos, más tiempo dormidos, hasta que, al final, están inconscientes todo el tiempo.

Hablar sobre la muerte nos permite a todos encontrar consuelo.

Y el paciente se sentirá tan relajado que no aclarará su garganta y seguirá respirando con un poco de moco o saliva en la parte trasera de la garganta.

Puede que eso genere un ruido extraño.

La gente habla de ese sonido de la muerte como algo raro.

Pero eso quiere decir que el paciente está tan relajado, en un estado de inconsciencia tan profundo, que ni siquiera la saliva en la garganta les hace cosquillas, cuando las burbujas de aire entran y salen de los pulmones.

En los últimos momentos de vida, hay un período de respiración superficial y luego una exhalación a la que ya no le sigue una inhalación.

En los últimos momentos de vida, hay un período de respiración superficial y luego una exhalación a la que ya no le sigue una inhalación.

A veces es tan suave que las familias no se dan cuenta.

Por eso, la muerte normal, es realmente un proceso tranquilo, algo que podemos reconocer, para lo que podemos prepararnos y algo con lo que podemos lidiar.

Y esto debería ser algo para celebrar.

Algo con lo que podemos consolarnos los unos a los otros.

Pero como hablar de la muerte se ha tornado en algo incómodo, es, de hecho, el secreto mejor guardado de la medicina.

Por eso, en mi opinión, morir de esta manera es algo que deberíamos recuperar, es algo de lo que deberíamos hablar y algo en lo que deberíamos consultarnos mutuamente.

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