Para que el amor nos lleve a los cielos tenemos que ser capaces de estar desnudas, abiertas y accesibles. Con unas tremendas ganas de vivir una historia de amor y de disfrutarla a tope.
Cuando nos abrimos al amor, la otra persona puede bucear en nuestras profundidades, ver nuestra fragilidad y nuestra fuerza, nuestro poder y nuestros miedos, nuestros sueños y traumas, nuestras luces y sombras.
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