MIrada hacia el futuro

Tras mirar hacia atrás, se diluye el sueño de ser empresaria. La crisis mató mi ilusión y mi esperanza de un futuro estable. Todo pasa y todo llega y los cambios llegan a la vez. Esa niña que llevo dentro ha salido para estudiar otra vez. Vuelvo a tener ilusión, ilusión con amor y ilusión de aprendizaje en esta nueva etapa de mi vida. A los cuarenta y tres y queriendo poder emplear mi tiempo en ayudar y seguir formandome a través de cada día que pasa. El camino de la sanidad me abre una puerta entre este mundo lleno de incertidumbre y penúrias. La lucha empieza de cero y con ímpetu para conseguir un trabajo tan digno y a la vez gratificante ayudando a los demás como es el trabajo de celador sanitario. No se apagan las velas, siempre hay una encendida, muestra de que mientras hay luz, hay esperanza....